KILL BILL VOLUME II

* Atención: Este analisis de la pelicula es un spolier en sí mismo. Es preferible leerlo después de haber visto la película. Quedais avisados…

El volumen dos es otro tipo de historia, más cercana al cine negro y al westerm, y menos vinculada a las artes marciales que la primera. Aparte de tener otro tempo y ser más reflexiva, y con muchos más diálogos que su predecesora.

La película empieza en blanco y negro, con Uma hablando a cámara mientras conduce un descapotable sobre un plano fotografiado. Cuando dice el monólogo, la novia ya ha matado a toda la banda, menos a Bill. No, esta tampoco va a seguir un orden cronológico.

Éste monólogo es el prólogo de rigor.

Como ésta película es una continuación del volumen uno, en vez de aparecer el lógico y familiar “Capitulo uno”, se sigue la cuenta empezada en el anterior film, con lo que el rotulo anuncia el “Capitulo seis; Masacre en Two Pines”.

En un flashback con una preciosa fotografía en blanco y negro, se nos narran los acontecimientos previos a la matanza. Y de entrada, nos enteramos que no era el día de su boda, sino que se trataba de un ensayo. Tarantino, como siempre, se obstina en dar un revolcón a las ideas que nos hayamos hecho, aunque para ello tenga que “hacer trampa”. Otra de las ideas que podemos acarrear del primer volumen, es que Bill es un personaje malísimo, esto es cierto, y que su relación con la novia es terrible, y la odia, prejuicio éste, que de alguna forma Tarantino intentará rebatir, aunque sea un poco. Así, al principio del segundo volumen, cuando por fin conocemos a Bill, Tarantino lo muestra como un hombre amable, enamorado de Uma, pero dispuesto a dejarla seguir su camino.

Otra cosa, por supuesto, es lo que se lee entre líneas, y más conociendo el desenlace del ensayo de boda. Toda ésta primera parte ésta rodada como un western, y en concreto, cuando Uma oye la melodía de la flauta de Bill y mira hacia la calle, se puede reconocer sin mucho esfuerzo el mítico plano de “Centauros del desierto”, de John Ford. Una de las películas favoritas de Tarantino. Otra cosa a destacar muy especialmente de ésta secuencia, son los diálogos, muy en el tono de los de “Jackie Brown”, tan concisos como evocadores, y en los que cada frase es un arma de doble filo, que por un lado les recuerda los buenos tiempos, y por otro, aventura lo que vendrá.

Todo parece ir bien, parece que Bill no se haya tomado demasiado mal la noticia, incluso acepta conocer al novio haciéndose pasar por el padre de la novia…Pero Tarantino sabe que nosotros sabemos, y eso es lo que hace que la escena tenga un regusto a tragedia griega, y que nos sintamos impotentes al saber el desenlace. Esto lleva a la reflexión sobre el tan traído y comentado tema de las estructuras temporales en los guiones de Tarantino. Para mi, en éste caso, es evidente que acierta. No creo que ésta secuencia tuviera tanta fuerza y dramatismo si fuera colocada al principio del volumen uno. Por ejemplo.

La secuencia termina de manera elegante y definitiva; La cámara retrocede desde la capilla, nos descubre a los cuatro miembros de la banda de Bill, y sube cuando los matones entran en el edificio. Oímos a la novia suplicar, oímos disparos, vemos luz de bala, pero no vemos más. No hace falta. Como tampoco hacia falta ver el atraco en “Reservoir dogs”.

Pasamos a ver un plano del desierto a color. Bill habla con Budd, James Madsen, su hermano, y le pone al día de lo que ha pasado. Budd le dice a su hermano que ha empeñado la espada de Hattori Hanzo que le regaló. Miente. Se ve claramente que los dos hermanos están regañados. Parece que Bill no para de cosechar enemistades. Bill le ofrece a su hermano ayuda y cobijo. Madsen no acepta la ayuda, “Ésa mujer se merece una venganza. Yo no eludo mi responsabilidad. De nuevo, el honor. Siempre. Siempre está presente en sus películas.

Capitulo siete; “La solitaria tumba de Paula Schultz”

Budd llega tarde al trabajo y es despedido, hasta nuevo aviso, por su jefe. En el volumen dos, al igual que en el uno, hacen acto de presencia los personajes especialmente decadentes; Como el enfermero, en la uno, o el dueño del local de striptese, el que ayuda a Budd a enterrar a la novia, o el terrible proxeneta del final, en ésta.

Otra cosa a tener en cuenta en Kill Bill II, es que todos los personajes hablan entre susurros, apenas levantan la voz, solo cuando es evidente que deben hacerlo. Aquí Tarantino se acerca más al Coppola de “El Padrino”.

Vemos que Budd, aparte de ejercer de gorila del bar, es el encargado de limpiar la mierda cuando se atascan los retretes. Debe ser muy orgulloso, o estar realmente enfadado con su hermano, para no dejarse ayudar por Bill.

Al volver a casa, Budd percibe que le están observando. Por la forma de estar rodada la secuencia, parece que en efecto le están espiando, pero desde lo alto de la colina. Tarantino, encargado de engañarnos por medio de su dirección, es también el encargado de desvelarnos su engaño, al descubrirnos a la novia debajo de la caravana con un pasamontañas que evoca la figura de un ninja.

La novia intenta pillar a Budd desprevenido, pero es éste el que la sorprende a ella disparándole con una escopeta un perdigonazo con sal de arena del desierto.

Budd le inyecta a la novia un tranquilizante que le deja inconsciente. Es el primer revés realmente serio que sufre la protagonista en un duelo. Budd ha conseguido derrotarla con insultante facilidad.

Budd llama a Elle para notificarla que ha logrado vencer a la novia, y que gracias a ello a conseguido una espada de Hattori Hanzo que esta dispuesto a vender por un millón de dólares en efectivo.

Más tarde, la novia es enterrada viva. Tarantino se sirve de planos detalles, de la oscuridad y sobre todo, del sonido y la oscuridad propia de la sala de cine, para que sintamos exactamente lo que siente la protagonista. La novia está realmente asustada. Insisto, Budd es el que más cerca está de vencer a la novia a lo largo de la saga. Cuando es el que menos pinta tenía para ello.

Capitulo ocho; La cruel tutela de Pai Mei.

En un flashback vemos un apacible momento entre Uma y Carradine, con una hoguera de por medio. Mientras Bill toca estrofas sueltas en su flauta, va tejiendo la historia del maestro Pai Mei. Un ser legendario, que según cuentan, conoce el golpe más mortal del mundo. El golpe de los cinco puntos de contacto de Pai Mei. Tras darte ése golpe, estas condenado, en cuanto das cinco pasos, te explota el corazón. Ya queremos conocer a Pai Mei. Tarantino lo ha vuelto a conseguir.

Cuando Bill deja a la novia bajo las ordenes de Pai Mei, antes de marcharse, tiene una conversación de despedida con ella, de la que cabe destacar los bonitos juegos de espejos de Tarantino con el retrovisor. Como en el plano en el que Bill nos está dando la espalda, tenemos a la novia de frente, favoreciendo a cámara, pero también, gracias al retrovisor, tenemos la cara de Bill.

El entrenamiento con Pai Mei es durísimo. Pai Mei encarna ésa figura tan conocida, la del duro maestro que saca lo mejor de sus alumnos pese a lo poco ortodoxo de sus métodos. Al parecer, según escribe Juan M. Corral en su libro “Tarantino, excesos y cinefilia”, Pai Mei es un malvado habitual en las producciones de la Shaw Brothers, y también recuerda a un viejo maestro mandarín que aparecía en “Master of the Flyin Guillotine”.

Gracias al entrenamiento, la novia aprende a romper maderos a una distancia muy corta, y consigue escapar del feretro donde permanecía encerrada. El momento en el que logra salir de la tumba, remite a la obra de George A. Romero o Sam Raini.

Capitulo nueve; “Elle y yo”

Tarantino sigue autoreferenciandose; En la escena de la caravana, Elle Driver lleva el mismo vestido que ya le vimo puesto a Mía Wallace y a Jackie Brown. Elle se la juega a Budd y lo mata haciendo que le pique una serpiente. Después, Elle llama a Bill y le dice que la novia ha matado a su hermano, pero que puede estar tranquilo, que ella ha vengado su muerte y ha enterrado a la novia. Justo aquí, por fin, Tarantino nos deja conocer el nombre de la protagonista, Beatrix Kiddo, ya que hasta ahora siempre que se pronunciaba su nombre sonaba un pitido, como si dijeran una palabrota. Este juego que se trae Tarantino con el nombre de la protagonista me desconcierta un poco, porque realmente no sé que gana escondiendo su identidad, ni que gana luego desvelándola. Me parece un capricho absurdo. Puede que se trate de un chiste personal que deja al público fuera, no lo sé. Desde luego no le veo mucho sentido. La verdad.

Para sorpresa de Elle, Beatriz no esta muerta y le tiene ganas. Las dos mujeres se enzarzan en una pelea muy propia del género de las artes marciales; Las peleas en un palmo de terreno. Durante la pelea nos enteramos de algunas cosas; Que Budd no empeño la catana, que Elle perdió el ojo por insultar a Pai Mei, y que ella, en venganza, le mató envenenándole la comida. Esta noticia enfurece especialmente a Beatriz, que acaba por arrancarle el ojo a Elle y se marcha dejándola tirada en la caravana y con la serpiente suelta…

Pasamos al último capitulo; Cara a cara.

Haciendo gala de su sentido del humor, Tarantino acompaña el plano de Uma Thurman conduciendo con “Tu mirá”, de Lole y Manuel, cuya estrofa dice; “ Y tu mirá, tu mirá se me clava en los ojos como una espá…”

Un proxeneta es el que le da a la novia la dirección de Bill. Esta escena, como ya he comentado, hurga en los bajos fondos, entre los seres más marginales y peligrosos. Y por mostrarse más realista que el resto de la película, incomoda más.

Beatriz se dirige a casa de Bill. Conectamos con el principio de la película.

En las escenas que siguen, dominadas casi en exclusiva por diálogos y extensos monólogos al más puro estilo Tarantino, cabe destacar la escena del reencuentro con su hija B.B, que esta jugando con una pistola, recreando de alguna manera, con sus juegos, la escena que ha llevado a su madre a emprender tamaña venganza. También es interesante la conversación sobre “el pez emilio”, recientemente fallecido de B.B, la imagen de Beatrix viendo con su hija “El asesino del Shogun”, o el monologo sobre Superman que Bill utiliza para explicarle a Beatriz como la ve él, desde fuera.

Después de la larga conversación que mantienen, Bill le pregunta a la novia, por qué le dejo; El flashback es tan esclarecedor como ingenuo, pero el mensaje que encierra es defendible y bonito. La idea de que dos asesinas sin escrúpulos, pacten no agredirse porque una de ellas esta embarazada, es casi un manifiesto feminista en sí mismo.

Tras matar a Bill con el golpe de “los cinco puntos de contacto”, y regalarle a Bill una muerte digna y con encanto, como el personaje merece, Beatriz, por fin, puede llevarse a su hija y empezar una nueva vida juntas. Y aquí, justo antes de los títulos de crédito, es cuando Tarantino demuestra su sensibilidad; El plano empieza con B.B viendo sola la televisión, perfecta alter ego de Tarantino de pequeño, como ya lo fue el otro niño en Pulp fiction, la cámara se mueve, pasa por encima de la puerta y nos descubre a Uma Thurman tumbada en el suelo, llorando y abrazada a un osito de peluche. Uma no para de dar las gracias. Está llorando de pura felicidad, la primera vez que lo hace en toda la saga. Y da gracias por tener otra oportunidad y poder disfrutar de su hija. Como ya he dicho antes, para mi Kill Bill, aparte de ser un homenaje al cine, como lo son todas las películas de Tarantino, especialmente “Malditos Bastardos”, es el homenaje de un hijo a su madre.

Por último, os dejo con el enlace a una página de youtube en la que se hace un mágnifico repaso a los referentes de Tarantino para Kill Bill…

http://www.youtube.com/user/KillBillreference