Mi paisaje
Últimamente, camino siempre con los puños apretados, y llego a casa con sonrisas en las manos.
Últimamente, doy dos pasos atrás cuando llega el metro, y procuro no asomarme a la terraza si hace bueno.
Últimamente, doblo los pies hacia dentro, y la sonrisa ya no me sale natural, tiro de ella, como un titiritero.
Últimamente, duermo boca abajo, y braceo a la zona más profunda del sueño, donde la luz del mundo queda lejos.
Últimamente, mis vaqueros parecen un desierto de cristales rotos, y arañan al quitármelos.
Últimamente, los nombres han vuelto a sangrar, y lleno las gasas con caras de mujer.
Últimamente, el mundo brilla con soberbia, y las parejas se queman en los parques.
Últimamente, evito las películas y las canciones, como quien busca sombra en Agosto.
Últimamente, miro mucho la hora, y creo que no voy a llegar a los cuarenta, y fantaseo con atentados.
Últimamente, devoro abrazos con hambre de náufrago.
Últimamente, me siento a dos pasos del desastre, y vuelvo a ver el paisaje del que había logrado alejarme.
Un texto de Carlos Rubio Recio